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Desde hace bastante tiempo la Sección Sindical de CGT en el CET Caracolas lleva solicitando al equipo de coordinación del CET Caracolas y a los responsables de Asispa que revisasen el protocolo de medicación, ya que suponía un riesgo dispensar medicación psiquiátrica y genérica a personas usuarias sin existir ningún profesional sanitario en el centro. Como consecuencia de esta práctica, podría haber ocurrido algún accidente con la dispensación de medicamentos sensibles sin quedar claro la figura profesional sobre la que recaerían responsabilidades ni las medidas a adoptar en estos supuestos.

Debido a una falta de interés por parte de la coordinadora del centro y de los responsables de Asispa, se interpuso una denuncia sobre esta cuestión a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. Ante esta denuncia, la respuesta de la inspectora fue derivar a la sección sindical al Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (CODEM) para que determinasen la legalidad de este procedimiento y si correspondía a figuras profesionales no sanitarias la dispensación de medicación. El CODEM aportó normativa cuyas indicaciones determinaban claramente que no se podía dispensar medicación al no existir un profesional sanitario en el centro. Toda esta información se trasladó a los responsables de Asispa, incluyendo a la coordinadora, y del ayuntamiento en un momento en el que se estaba dispensando metadona en el centro.

Ante esta situación, los responsables de Asispa decidieron que se dejase de entregar medicación en el centro. Sin embargo, la coordinadora ha trasladado un mensaje distinto a lo sucedido, según el cual, se ha dejado de entregar medicación para fomentar la autonomía de las personas usuarias. Llegados a este punto es necesario extraer dos conclusiones:

  • La sección sindical ha informado sobre este procedimiento erróneo desde hace bastantes meses sin recibir ningún tipo de contestación ni que se apliquen cambios en la entrega de medicación. Este hecho evidencia la incompetencia de los responsables de Asispa y de la coordinadora que son incapaces de asumir los fallos del protocolo de medicación que ellos mismos comunicaron y aprobaron. Esta actitud de evitación de responsabilidades se observa en muchos ámbitos del centro y genera conflictos innecesarios, cuya resolución depende en gran medida de la coordinadora quien no es capaz de tomar decisiones acertadas.
  • La organización sindical y la denuncia de estos protocolos sin ningún sustento normativo es la única forma de que los trabajadores consigamos cambiar nuestras condiciones laborales y que antepongamos nuestros intereses frente a los intereses de una entidad que vela por dar una buena imagen ante el ayuntamiento y por extraer los máximos beneficios posibles a las subvenciones públicas.