Todas queremos viajar, conocer mundo y disfrutar de la naturaleza compartiendo la experiencia con gente afín. Si todo esto lo podemos conseguir organizado por una agencia de viajes, mucho más cómodo para las que nos gusten las aventuras sin complicaciones. Y qué me dices de trabajar en esto, ayudando a la gente a disfrutar y conocer mejor la naturaleza, ¿a quién no le gustaría ser guía? Por una oportunidad así era normal, que cuando el sector estaba apareciendo, muchas de nosotras aceptásemos trabajar incluso sin contrato, al fin y al cabo, te están pagando por algo divertido… ¿Cuánto tiempo puede mantenerse esta ensoñación? Ya os sonará esta retahíla.
Desde la sección sindical de la CGT en Arawak Viajes hemos vivido como muchas de nosotras comenzamos a trabajar sin ningún tipo de protección, luego poco a poco la situación se transformó en un abuso de la contratación temporal y utilización de falsos autónomos. Todo ello para librar a la empresa de su responsabilidad con la plantilla. Llámalo flexibilidad si prefieres hablar como un emprendedor. Que más da que la empresa sea la responsable de disponer de medios materiales y personales para realizar su trabajo, eso debe venir en alguna ley que nos podemos saltar, del convenio mejor ni hablar.
Estos días hemos recibido la sentencia, favorable para nosotras, del juicio celebrado el pasado 15 de diciembre en el que un compañero, guía de Arawak Viajes desde 2005, reclamaba el reconocimiento de la laboralidad que durante todos estos años ha existido entre trabajador y empresa. El punto principal reconocido por la juez es que las funciones y trabajos desempeñados por este guía son exactamente iguales al resto de trabajadoras bien tengan contrato fijo o temporal.
Este tipo de relaciones laborales lleva a las empleadas a vivir en situación precaria, y tanto a temporales como falsos autónomos, a quedar totalmente desamparadas ante la decisión de prescindir de sus servicios en cualquier momento por razones no justificadas. Incluso en situaciones de emergencia como la que estamos viviendo a causa de la Covid19 se ven fuera de optar a a ayudas para paliar los efectos de la crisis económica.
Ya llevábamos tiempo trabajando para normalizar y mejorar la situación de todas las compañeras. Cuando llegaron las primeras restricciones ya os imagináis quienes fueron a las que se apartó de la empresa. Poca memoria tiene quien piensa que las compañeras que han desaparecido de la plantilla habitual y no tienen ninguna protección no son parte de Arawak Viajes. Pareciera que durante estos años la empresa hubiera llegado a ser lo que es, solo con unas pocas. Curiosamente ninguna de las que han intentado normalizar su relación laboral cuenta actualmente para los responsables de la empresa.
Organizarse es el único camino, en nuestro caso se ha intentado solucionar con la empresa de manera individual en varias ocasiones, de manera colectiva en reuniones y desde la sección sindical mucho antes de la situación de la Covid19. Aun así, el CEO de la empresa mantiene reiteradamente que todos los contratos laborales se están haciendo bien desde 1995, afirmación que por mucho que se repita no se convierte en cierta. La falta de conocimiento de las leyes y la ceguera que nos causa la necesidad de mantener nuestros puestos de trabajo en una sociedad donde las trabajadoras cada vez están más desprotegidas, quizás nos lleve a obviar y aceptar afirmaciones que claramente no son ciertas. Se puede opinar que en el sector hay muchas empresas con peores condiciones, ya se sabe, mal de muchos…, danos tiempo para organizarnos.
Después del último juicio la empresa comunicaba que quizás hayamos logrado engañar a la juez en media hora. Es más fácil engañarnos a nosotras mismas que engañar a las jueces o burlar las leyes. Ya nos gustaría que la justicia fuera tan diligente si no fuera porque lo tiene que ver todo muy, muy claro.
Ya son dos los guías que han conseguido una sentencia o acuerdo favorable y aún quedan compañeras a la espera de sus juicios, meses difíciles se presentan todavía para toda la plantilla, gran parte aun en ERTE. La crisis irá pasando lentamente, y nuestro compromiso es salir de ella más fuertes y sin dar un paso atrás en nuestros derechos.