En un lejano 2006 nacía la ley de dependencia, de José Luis Rodríguez Zapatero, aprobada por el consejo de ministros. La gran mayoría respiro aliviado, creyendo que sería la panacea del siglo para dotar al dependiente de todo lo que necesitara…
Doce años después, nos hemos quedado compuestos y sin novi@ como se suele decir. El dependiente moderado, severo o gran dependiente, sigue esperando la tan ansiada dote, sigue esperando una valoración acorde con su deterioro y no por debajo como estamos acostumbrados. El dependiente busca básicamente tener sus necesidades cubiertas, tal y como le vendieron que iba a ser, pero años después no ha prosperado como debía.
¿Qué ha pasado con el dinero que iba a aportar el estado?, más de 12 millones de euros entre los años 2007 y 2015 ¿qué está pasando con esos dependientes valorados y sin valorar desde el 2015, que se les va dando servicio tan dosificado?
Señor Pedro Sánchez, soy auxiliar de ayuda a domicilio, ¿sabe Ud lo que es? Yo se lo explico, ya que quizás no lo sepa, soy una mujer de las miles que sujetamos el mundo del dependiente, soy una de las miles de mujeres invisibles que trabajamos a diario con una infraestructura ínfima, soy una mujer y pago el precio serlo y de estar en un trabajo donde se me infravalora, soy una mujer luchadora y precaria por pertenecer a un sistema al cual no entiendo, soy una mujer que se dedica al cuidado de los demás y que veo a diario lo que sufren los dependientes. Señor Sánchez quiero que Ud sepa, que cuando consiguieron echar al M. Rajoy muchas respiramos y pensamos que a la reforma laboral le quedaban los días contados, respiramos pensando que al final se haría justicia y que la justicia, seria justa…
Han pasado 90 días que ud cogió las riendas del gobierno, y solo no oímos nada de derogar , nada de más presupuestos más altos, nada de dotaciones, nada de acuerdos…solo oímos lo que acuerdan los sindicatos mayoritarios que nos venden una y otra vez… ¿hasta cuándo vamos a estar en esta situación?
Me voy a basar en lo mío, sé que cualquier lucha es importante, las auxiliares como yo del Sad, tenemos un convenio y un pliego de condiciones que las empresas que nos tienen contratadas no cumplen, pedimos trabajar con seguridad y dignidad, y en muchísimas ocasiones no podemos, no tenemos seguridad Señor Sánchez por que nos mandan hacer los servicios con la información justa en el mejor de los casos, debido a la famosa ley de protección de datos que aun viniendo en el art 33/ del convenio colectivo de ayuda a domicilio en salud laboral y cito textualmente “los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo”… en miles de ocasiones pedimos esa ayuda y nos cuesta un gran triunfo conseguirla ( depende mucho de cada empresa )
Llegamos a servicios de usuarios encamados, y aun sabiendo que se necesitan DOS auxiliares de apoyo nos mandan a una sola para movilizar a un dependiente sin ninguna ayuda técnica, tenemos que usar nuestra fuerza bruta Presidente, para poder realizar lo mejor posible el aseo a los encamados. Efectuamos servicios en los cuales no hay platos de ducha y los usuarios están ya obligados para siempre a no volver a sentir correr el agua por todo su cuerpo por que a la gran mayoría su economía no le permite poner un plato de ducha, entonces ahí estamos las guerreras del Sad dando lo mejor de nosotras y haciendo malabares lavando una cabeza sentados en su taza de WC, o lavando unos pies solo martes y viernes por falta de tiempo.
¿Alguien se ha parado a pensar Presidente, que somos grúas humanas?, ¿sabe ud el peso que movemos a diario entre aseos, compras, tirar de sillas de ruedas…? ¿Sabe que no tenemos reconocido calzado adecuado antideslizante, en los EPIS?
Pues fíjese por donde que no tenemos enfermedades profesionales reconocidas, y luego nos pasan las estadísticas del absentismo laboral…equivocan absentismo con baja médica, ¿qué locura verdad? A esto también le podemos sumar las enfermedades psicosociales a las que estamos sometidas, por trabajar con muchísimo estrés por varias causas cualquiera de ellas horribles, desde ver el sufrimiento de un enfermo ya de cuidados paliativos, ver al gran dependiente con ninguna movilidad ya, y ofreciéndonos lo mejor de ellos, ver que no llegamos a atender al siguiente usuario por que no nos dan tiempo de desplazamiento aunque venga reflejado por convenio, vamos volando bajito, a ras del suelo para tardar lo menos posible y tener los conflictos justos, las compañeras que van en coche según van conduciendo van encomendándose al santo del día por esas carreteras perdidas del norte de nuestra ciudad… Seguiré contándole, en Madrid tenemos una jornada completa de trabajo de 36 horas, muy bien, pues son una mínima parte de las empleadas las que están agraciadas bajo ese contrato, las demás tiramos de nuestro cuerpo para seguir trabajando de modo particular en algo similar( por ejemplo atendemos de manera particular a esos dependientes que están esperando una valoración hace 6 meses, o a uno de esas 100 personas diarios que mueren esperando la ayuda, o a uno de esos que han valorado muy por debajo de su dependencia…) o cualquier otro sector que nos ofrezca otro pellizco de dinero y poder pasar el mes y lo más importante seguir cotizando porque ya me dirá ud, que con unos contratos en muchas ocasiones ilegales, lo que nos va a quedar el bendito día que nos jubilemos.
Quizás no nos hayamos parado a pensar nunca en lo significan nuestros mayores ellos lo han dado todo por nosotros sin obtener nada a cambio, eran otros tiempos si, en el que se hacía lo que se podía e incluso más de lo se podía, hoy en día las mujeres seguimos en un 90% de los casos dedicándonos a los cuidados, no sabemos lo que hicimos el día que decidimos liberarnos…
Hemos traspasado los límites y así estamos. Nosotras atendemos al dependiente y restamos dinero al estado, nosotras los cuidamos y la inversión vuelve a la sociedad, nosotras hacemos que exista la ayuda a domicilio, no creamos más gasto… ¿Porqué nuestro trabajo está en la administración pública? ¿ porque miran para otro lado?
Señor Sánchez interésese por este sector, me ofrezco a seguir contándole un sinfín de cosas que me dejo en el tintero, necesitamos que se nos reconozca que la labor que hacemos es de vital importancia, necesitamos que se acuerden de nosotras como un sector muy desfavorecido y nada agradecido, ya que las empresas nos ofrecen como “chicas para la casa” y a día de hoy la gran mayoría ya somos cualificadas y no tenemos reconocimiento global ni económico lo cual es muy frustrante mire ud… de verdad saque un ratito, hágalo, pienses en que sus padres llegaran a ser usuarios, piense en ud mismo…pero sobre todo piense en la gran cantidad de personas que dieron todo a cambio de nada, y que nos reciben con la mejor de las sonrisas en sus camitas acostados.
Me llamo Isabel y estoy orgullosa de ser Auxiliar del Servicio de ayuda a domicilio.
Maria Isabel Calvo Hernández es afiliada a este sindicato y trabajadora social
Imagen de Fernando Mafé en Flickr